Los políticos tímidos e interesados se preocupan mucho más de la seguridad de sus puestos que de la seguridad de su país
Thomas Macaulay
Con los recientes enfrentamientos armados y asesinatos en Quintana Roo, se ha hecho evidente que la inseguridad será el tema del sexenio para Carlos Joaquín González, pues la operación en el estado de por lo menos 4 cárteles del crimen organizado imponen un reto a las autoridades que, sin embargo, no pueden –ni deben, legalmente hablando- atender el tema como si fuera un tema estatal; problemática a la que se suman los crímenes del fuero común que han amenazado constantemente con desbordar la capacidad de reacción de las mermadas corporaciones locales.
El saldo aun no es positivo para las autoridades, en ninguno de sus niveles, pues los robos a casa habitación y las extorsiones por parte del crimen organizado a empresarios quintanarroenses siguen ahí; en los primeros lugares nacionales; pero si algo hay que reconocer –sin aprobación a priori- es que esa circunstancia ha hecho que a nivel local el gobierno haya salido del letargo en que parecía encontrarse desde hace ya por lo menos once años –¿Félix González Canto y Roberto Borge Angulo? Sí-; en que la complacencia con la criminalidad era tal que llegó a ser parte incluso del gobierno; y eso lo demuestran los mismos análisis de entidades nacionales que fueron entregados al gobierno local.
Hace poco menos de un mes, el gobierno estatal lanzó una convocatoria para reclutar a por lo menos 500 policías, pues el déficit de elementos en toda la entidad es enorme, pero hace poco más de cuatro meses la situación era aún peor, pues recuérdese que en la administración de Roberto Borge había una cantidad similar asignados como escoltas de políticos; por eso por lo menos es de reconocer que a todos aquellos “guaruras” ya se les puso a hacer la labor para la cual fueron reclutados, y se están haciendo los esfuerzos para que la cantidad de policías que resguarde a los ciudadanos esté acorde a las exigencias locales.
Aún más, el mandatario estatal, ayer domingo, entregó más de un centenar de vehículos a las corporaciones estatales, antes lo hizo en los municipios Solidaridad y Benito Juárez; también en la zona norte de la entidad se comenzó la construcción de un edificio para la Policía Federal y en su discurso dominical, el mandatario hizo hincapié en que buscará la coordinación efectiva entre las corporaciones locales y federales, cerrando las “lagunas” que pueda haber entre los ámbitos de competencia de cada cual.
No se trata de “enmendarle la plana” a nadie, pero obsérvese la acción integral: Se reclutan policías, se entrega equipamiento, se regresan a los “guaruras” a las calles, se establece coordinación entre corporaciones federales, y, sobre todo, el mandatario hizo un llamado a la sociedad para que también asuma la responsabilidad que le toca en garantizar la paz y seguridad social. Ahora sí, parece se han realizado las acciones de manera integral. Faltará ver los resultados.
Porque los ciudadanos tienen todo el derecho de exigir a sus autoridades la seguridad que requieren para poder desarrollarse en un entorno armónico, pero también son corresponsables de los logros; porque los actos de rapiña realizados a principios del año en tiendas departamentales del norte y sur quintanarroense, con el pretexto del “gasolinazo”, los realizaron ciudadanos, no policías, y eso también debe observarse.
¿Y los cárteles? Bueno siguen ahí, también las extorsiones y los robos, los asaltos y asesinatos de mujeres por resolverse, Carlos Joaquín González ha reconocido ya la problemática y asegurado se han comenzado a dar los pasos para resolverla, a su administración le quedan más de cinco años. Si su acción es consistente y la coordinación se establece, es probable que al final la seguridad sea circunstancia real; el mensaje enviado es el correcto: se requiere del esfuerzo de todos ¿Usted ya está haciendo su parte? Así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.